Y la lealtad, ¿a'ónde está?
Por: Ana M. Díaz López “ La lealtad tiene un corazón tranquilo ” William Shakespeare ¿Hasta qué punto se puede ser leal? Apoyar a una persona en las buenas y en las malas, eso está perfecto, era el ejemplo vivo de lo que la lealtad significaba, sin embargo, hoy, las situaciones sociales que surgen han cambiado esa perspectiva. La lealtad se ha convertido en sinónimo de encubrimiento, complicidad, de silencios ante situaciones antiéticas, actos de corrupción y hasta crímenes de toda índole. Se ha convertido en el apoyo hacia la autodestrucción de algún buen amigo o amiga; sí, porque si un amigo está tomando un sinnúmero de malas decisiones y se está haciendo muy poco por ayudarlo, se está colaborando con su autodestrucción. La lealtad no puede ser ciega, no debe confundirse el no estar de acuerdo, la falta de apoyo ante una decisión o evento, con una traición. En muchas ocasiones, la manipulación comienza así, con una acusación, directa o indirecta de falta de lea...