Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2016

Agradece…

Por: Ana M. Díaz López Constantemente, y con razón, agradecemos  por todo lo que la vida nos ha dado el privilegio de tener: familia, amistades, comida, trabajo, entre otras cosas; sin embargo, hoy, quiero reflexionar sobre algo más. Estoy consciente de que la mayoría de nosotros tenemos más de una tristeza albergada en el corazón y en la mente. Alguna situación de la que ni siquiera sabemos si tendrá solución. La mayoría de nosotros disimulamos estas situaciones y sonreímos, trabajamos como nos corresponde, participamos u organizamos actividades, porque hay que seguir, porque la vida no se detiene a causa de nuestra tristeza. De esta manera, vamos anestesiando un poco el dolor, vamos colocando barreras para que nadie se entere de lo que nos ocurre y así, olvidamos que, a lo mejor, alguien a nuestro alrededor estaría dispuesto a escucharnos, a comprendernos. Es por esto que valoro y agradezco a cada persona que ha intentado consolarme o aconsejarme, mientras, tal ve...

Si la mente se callara...

Por:   Ana M. Díaz López Silencio, silencio, no pienses, que tu lengua no suelte lo que piensas, tus corajes, tus verdades, tus miedos, tus sueños… A veces queremos que la mente se calle, pero ella no hace caso… No puede entender que, en ocasiones, requerimos silencio, sí, SILENCIO. Estás en silencio, pero no hay silencio, solo ruidos intensos del último coraje que pasaste, de aquel error que cometiste, de las palabras o acciones que profirieron contra ti, de tus deudas, de tus aciertos y desaciertos; en fin, de todo. ¿Por qué no paramos de pensar? Distracción, distracción, busca una distracción, eso ayuda; habla con alguien, eso ayuda; sal de tu cuarto, eso ayuda; sal de tu casa, eso ayuda; ve una película, eso ayuda… porque aunque hay días en los que pensar no nos afecta, hay días en los que la mente no se cansa de gritarte lo que no quieres oír.  ¡Ay, esos días! Si la mente se callara un rato, si no hablara, sería genial. No pensar por 10 minutos, e...