Huir es muy cómodo



Por: Ana M. Díaz López

“Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;”
Lope de Vega


     ¿De qué queremos huir? Anhelamos huir de nuestras culpas, de nuestros errores, de las palabras que nos dijeron, las que dijimos y hasta de las que no dijimos. Queremos huir de todo lo que, según nuestra perspectiva, nos hace o nos hará daño: personas, situaciones inmanejables para nuestro trastocado corazón, espacios, sentimientos.  La ira y los miedos se nos atascan en la voz, en la mirada y huimos. No porque queramos huir, sino para no pensar, para dejar pasar el tiempo.  Huimos para engañarnos, para hacernos los fuertes, aunque no es fortaleza lo que se refleja… En ocasiones, no sabemos cómo enfrentar la realidad que nos arropa, queremos quitarnos la sábana y desaparecer.  Físicamente podemos huir de todo lo que queramos, sin embargo, eso no cambia lo que nuestra mente y nuestro corazón se encapricha en tener siempre presente.

     No debemos andar por la vida dejando historias a mitad de página, debemos  buscar lápices con buena punta para dibujar un buen punto final o un buen punto y seguido. Cuando dejamos tantas páginas con puntos suspensivos, el libro de nuestra vida se torna turbio, con demasiados asuntos pendientes. Enfrentemos y coloquemos un punto final, aunque no nos guste; o enfrentemos y coloquemos un punto y seguido, a veces, hay situaciones, personas que no merecen un punto final; lo sabemos, no nos engañemos. Huir es muy cómodo, pero es la alternativa que nos envenena y envenena.

Enfrentemos la vida, no huyamos de ella.


Derechos reservados ©
Si utilizará algún fragmento de este texto, favor de citar a la autora.
Prohibido el uso de este texto para cualquier fin lucrativo.

delavidatecuento.blogspot.com
Facebook: De la vida te cuento



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Somos enanos emocionales

Envejecer en la era digital

¿Quién eres?